En estos momentos estoy en búsqueda de un nuevo trabajo. Un nuevo trabajo en otro país y en un idioma diferente al mío. La experiencia ha sido una revelación y un gran aprendizaje, por decirlo de manera simple.
Pero el punto de mi post no es hablar de esto, si no del proceso de aplicación a trabajos y entrevistas. Estaba asistiendo a un workshop al respecto y una de las cosas que me dejó pensando fue cómo las empresas, y recursos humanos específicamente, a mí parecer, están pasadas de moda en cuanto a la forma de atraer y filtrar talento. ¿Por qué lo digo? Porque en estos tiempos hay cada vez más personas que se están conociendo a un nivel mucho más profundo, cortando patrones ancestrales por anca y por manga para reconectar con su autenticidad y, por lo mismo, buscando otro tipo de hogar laboral. Los trabajos (y las empresas) con culturas que premian el pensamiento en masa, que no impulsan la individualidad, que incentivan la jerarquía y que no son flexibles, claramente no les llamarán la atención. Las energías no harán match. Esto, en sí, no es un problema porque la vida es sabia y quizás es como tiene que ser, pero, según yo, puede ser el próximo gran desafío para considerar en lo laboral.
Cómo me gustaría encontrarme con un lugar de trabajo que te invite a ser tú mismo, mientras colaboramos desde el corazón por un motivo/causa/producto/servicio en el que ambos creemos. Donde recursos humanos no sólo mire tu CV y lea tu carta de motivación, si no que te envíe un test de personalidad antes de entrevistarte y que ELLOS se preparen para darte el mejor ambiente que TE permita mostrar tus talentos. Basta de estresar a los introvertidos en entrevistas taladradoras y agresivas, donde claramente no van a poder pasar la barrera de la incomodidad si no quizás hasta el final de la entrevista. Basta de la cultura del apuro y el jaleo y el forzarnos a pretender ser alguien que no somos sólo para tener un trabajo. BASTA.
Es más, me encantaría que herramientas como la astrología o el diseño humano se usaran de forma masiva para fines de contratación de personal. ¿Por qué? Porque así podemos ayudar a la persona y al equipo a trabajar cooperativamente y a brillar donde les sale mejor de forma natural. Los extrovertidos brillando en presentaciones y ventas. Los introvertidos brillando en las áreas de procesos y el cuidado. Nadie forzando al otro a cambiar y adaptarse a “la cultura de la empresa.” Me alegra saber que hay otras herramientas corporativas más aceptadas, como el Gallup o el perfil Nova, que están tomando fuerza; sin embargo, aún hay mucho por hacer para que no pasen de ser sólo un diagnóstico o una actividad de team building, si no que a ser parte del ADN de las empresas.
Pero tengo esperanzas. Mi sueño es que se creen cada vez más consultoras que ayuden a las empresas nacientes a contratar colaboradores en base un buen conocimiento de su personalidad, de sus talentos y áreas de mejora, más que su experiencia laboral principalmente. De esta forma, podrán adaptar el proceso de contratación a ello. Es más, en mis fantasías los introvertidos no tendrán que sufrir en entrevistas agresivas donde les taladran por información, si no que se encontrarán con alguien cálido y sonriente esperándoles con una mantita y un té para conversar relajadamente. Los hipersensibles podrán trabajar desde casa y limitar el contacto humano lo más posible, porque eso les ayuda a regular su sistema nervioso (y eso está bien.) Los tímidos no serán forzados a hacer presentaciones de equipo, si no que a contribuir en su construcción y se les dará crédito como corresponde. ¡Es que esto hará toda la diferencia! Las nuevas generaciones buscarán ambientes más afines a su personalidad como abejas al panal.
Cambiar la cultura de contratación en empresas multinacionales ya establecidas lo veo complejo, pero en esta era del emprendimiento, sí que lo siento posible. Todo parte por el o la líder: si esta persona se conoce y su base es hacer brillar sus talentos mientras maneja aquello que no se le da tan fácilmente o lo delega, entonces probablemente estará abierta a contratar personas que le complementen y le ayuden a crecer. Por lo mismo, quizás no sean para nada similares en muchos ámbitos. He ahí la riqueza: aceptar que no tenemos que hacerlo todo, que no tenemos que ser todo, que hay espacio amplio y fértil para compartir y trabajar en equipo, y para aprender y errar. Esto requiere inteligencia emocional y gran altura de miras. Requiere un cambio importante en la forma de relacionarnos y de producir u ofrecer servicios. Cómo me gustaría contribuir en este cambio de paradigma. Ojalá lo haya logrado con este pequeño post.
Y tú, ¿qué piensas de la cultura de contratación actual? ¿Tienes alguna experiencia que te gustaría compartir? Te leo.
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