¿Validación o justificación?
Quisiera compartir con ustedes una reflexión que me ha estado dando vuelta hace varias semanas sobre las herramientas disponibles para facilitar el autoconocimiento en estos tiempos. Pero primero quisiera decir que me declaro una persona profundamente fascinada con el concepto y ejercicio de desarrollo personal. Siento que todas y cada una de nosotras somos nuestra propia obra maestra. Nuestra pieza para refinar, pulir, nutrir. Hermoso.
Esta fascinación comenzó a tomar forma cuando me rendí a seguir una de mis pasiones desde que era niña: la astrología. Siempre he sido consciente del signo del sol de todo el mundo; de hecho, era de las que leían los horóscopos religiosamente los Domingos y buscaba las compatibilidades entre personas. Curiosa total. Pero no fue si no hasta hace un par de años que me inscribí a mi primer curso formal. En este aprendí sobre mi luna (mundo emocional e infancia) y mi Venus (gustos y valores). Este conocimiento me abrió los ojos y me dio una claridad que nunca antes había tenido. Fue dejar de vivir mi vida a ciegas y finalmente contar con un mapa para seguir mi camino. Luego me enrolé en varios cursos para seguir aprendiendo tanto de astrología clásica como de astrología psicológica y evolutiva. Mientras más aprendía, más fascinada estaba. Desde entonces no he dejado de preguntarme cómo es que esta ciencia no se había masificado antes, siendo que entrega tanta información y puede ayudar muchísimo. Pero bueno, el momento ha llegado.
Actualmente no sólo sigo estudiando astrología, sino que también empecé a curiosear sobre Diseño Humano (DH), una metodología que de igual forma me está volando la cabeza porque añade granularidad a lo que entrega la astrología (DH también tiene un componente astrológico, por lo demás). En fin, todas estas herramientas te entregan tu firma, ya sea tu firma en relación a las estrellas y planetas cuando naciste, o los canales energéticos que se activaron en ti en se momento -o antes según DH. - Todo ello resulta en la persona que eres y la vida que estás viviendo actualmente.
Personalmente, para mí existe un antes y un después de haber encontrado estas herramientas. Me han regalado autovalidación y claridad. Sus conceptos y alineaciones me han explicado TANTO sobre mí misma que me siento profundamente agradecida de contar con ellas en mi vida ahora. Pero, en concreto, lo único que cambió es que vi afuera algo que ya sentía dentro. Dejé de ver algunas áreas de mí como un problema y empecé simplemente a aceptarme y a trabajar en ellas sin la vergüenza, la culpa, la frustración que me producían. Así también, puse luz sobre facilidades y talentos que tengo y que no había realmente potenciado. Encontré una razón. Y eso me trajo paz.
Así como yo, muchas otras personas también están en esto: personas que no tendrían la vida, los trabajos, las parejas, etc., si no hubieran descubierto estos métodos (u otros) para validarse y liberarse. Permitirse vivirse al máximo, tanto en su luz como en su sombra, celebrando casa aspecto de sí mismas.
Ahora, dicho esto, también veo algo en el uso de estas herramientas que me genera ruido: si bien nos validan, a veces también pueden ser utilizadas para justificarnos. Y aquí quisiera aclarar con un par de ejemplos. En redes sociales sigo a “influencers” con las cuales comparto esta pasión y normalmente me gusta su contenido, pero cuando dicen cosas como “es que yo soy (sol en) Aries y voy rápido, me aburro, quiero hacerlo a mí modo, soy independiente… etc.”; o así también, “soy Proyectora con Ajna y Garganta definida así que vengo a guiar y compartir mi verdad y por eso no sigo las normas de la sociedad… etc., etc., etc.”
Ya, ok, cada cual con lo que quiera decir en su espacio, pero últimamente este tipo de declaraciones me dejan pensando: ¿podría ser que, sin darnos cuenta, usemos el autoconocimiento para justificar nuestras acciones/palabras?, ¿podría ser que lo utilicemos para “controlar” lo que otros podrían pensar sobre nosotras?, ¿o que estemos cayendo en lo que se conoce científicamente como “sesgo de confirmación”, donde selecciono sólo argumentos que refuerzan mi opinión o mi acción para mi propio beneficio?
No hay forma de saber con certeza si esto es acertado o si ocurre de forma subconsciente, inconsciente o consciente. Pero creo que hace bien mirarlo desde afuera, cuestionarlo, y ver qué ocurre. Cómo nos activa ciertas opiniones o molestias. De ahí nace mi reflexión en esta ocasión.
En fin, ¿tú qué piensas al respecto? ¿Estás familiarizada con estas herramientas? ¿Qué te han entregado? Me encantaría saber.